La presidenta de Asociaciones Protectoras de Animales de México
(Apasdem) A. C., Dyan Vanesa Losada, informó que no es suficiente que se
penalice el maltrato animal, sino por el contrario, se debe incrementar
la promoción para tomar conciencia, pues se sigue sacrificando a perros
por electrocutamiento.
Lamentablemente, al funcionario público, al parecer porque está facultado se le permite o presuntamente por capricho o como actitud enfermiza, no por matar, sino por electrocutar, y es quien toma la decisión, explicó.
Dijo que se pidió a la Secretaría de Salud del gobierno del Estado de México aclarar sobre el tema, en cuanto a la norma de sacrificio en los centros de atención animal de la entidad, sin embargo, Transparencia les comunicó que no tienen esa información.
"Nosotros sabemos que cada antirrábico, de manera mensual, envía formatos específicos de cada uno de los perros que mata, a la dependencia de la administración estatal", dijo.
Añadió que se solicitó también a Jelsy Hernández Magaña, jefe de Zoonosis del Instituto de Salud del Estado de México, información sobre los criterios que se toman para sacrificar a los animales bajo ese método, entre perros y gatos, pero no ha dado respuesta.
Recordó el caso del Gobierno del Distrito Federal, a partir del problema de que un cachorro proveniente del Estado de México se iba a sacrificar por enfermedad, finalmente se determinó que se haría este proceso mediante barbitúricos.
Respecto al caso del Estado de México, sostuvo que los únicos municipios que no electrocutan son Toluca y Tlalnepantla, "pero no todos los ayuntamientos tienen centro (de atención animal), por lo que en su mayoría se apoyan entre sí; por ejemplo, en el caso del centro de Texcoco, les da servicio a través de convenio a otros ayuntamientos con acciones".
"Lo que se ve por fuera es la electrocución, la falta de servicios, falta de campañas de esterilización, ese tipo de cosas en general", explicó.
Pero recordó que en el caso de Tlalnepantla, en el centro antirrábico, electrocutaban animales "colgados" de los cables de energía eléctrica, "ellos no tienen un medidor, sino que en la casa donde pusieron el antirrábico, literalmente están colgados del poste de la energía eléctrica, donde se registra una importante variación de voltaje y eso solamente lo pudimos ver estando dentro", refirió.
Finalmente sostuvo que el maltrato de animales sí debe ser considerado en el Código Penal para ser castigado: "es un logro, por ese lado no lo discuto, y fue un trabajo de muchos años para que muchos protectores en el Distrito Federal lo consiguieran".
Sin embargo, añadió que esa norma no soluciona el problema, "es bueno, pero no puede resolver la situación, pues la comunidad en general tiene problemas con la aplicación de la justicia; es un procedimiento judicial en el que tiene uno que ser forzosamente patrocinado por un abogado".
Lamentablemente, al funcionario público, al parecer porque está facultado se le permite o presuntamente por capricho o como actitud enfermiza, no por matar, sino por electrocutar, y es quien toma la decisión, explicó.
Dijo que se pidió a la Secretaría de Salud del gobierno del Estado de México aclarar sobre el tema, en cuanto a la norma de sacrificio en los centros de atención animal de la entidad, sin embargo, Transparencia les comunicó que no tienen esa información.
"Nosotros sabemos que cada antirrábico, de manera mensual, envía formatos específicos de cada uno de los perros que mata, a la dependencia de la administración estatal", dijo.
Añadió que se solicitó también a Jelsy Hernández Magaña, jefe de Zoonosis del Instituto de Salud del Estado de México, información sobre los criterios que se toman para sacrificar a los animales bajo ese método, entre perros y gatos, pero no ha dado respuesta.
Recordó el caso del Gobierno del Distrito Federal, a partir del problema de que un cachorro proveniente del Estado de México se iba a sacrificar por enfermedad, finalmente se determinó que se haría este proceso mediante barbitúricos.
Respecto al caso del Estado de México, sostuvo que los únicos municipios que no electrocutan son Toluca y Tlalnepantla, "pero no todos los ayuntamientos tienen centro (de atención animal), por lo que en su mayoría se apoyan entre sí; por ejemplo, en el caso del centro de Texcoco, les da servicio a través de convenio a otros ayuntamientos con acciones".
"Lo que se ve por fuera es la electrocución, la falta de servicios, falta de campañas de esterilización, ese tipo de cosas en general", explicó.
Pero recordó que en el caso de Tlalnepantla, en el centro antirrábico, electrocutaban animales "colgados" de los cables de energía eléctrica, "ellos no tienen un medidor, sino que en la casa donde pusieron el antirrábico, literalmente están colgados del poste de la energía eléctrica, donde se registra una importante variación de voltaje y eso solamente lo pudimos ver estando dentro", refirió.
Finalmente sostuvo que el maltrato de animales sí debe ser considerado en el Código Penal para ser castigado: "es un logro, por ese lado no lo discuto, y fue un trabajo de muchos años para que muchos protectores en el Distrito Federal lo consiguieran".
Sin embargo, añadió que esa norma no soluciona el problema, "es bueno, pero no puede resolver la situación, pues la comunidad en general tiene problemas con la aplicación de la justicia; es un procedimiento judicial en el que tiene uno que ser forzosamente patrocinado por un abogado".
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